[UNSL] Científicos simulan el telgopor con hongos

Prensa UNSL prensa en unsl.edu.ar
Mar Oct 8 17:17:38 ART 2019


Noticias
Universidad Nacional de San Luis
8 de octubre de 2019

Científicos simulan el telgopor con hongos

La doctora en Biología, Celeste Aguirre Pranzoni, dirige el proyecto
Mico-teckton: materiales autocreados el cual se centra en el aprovechamiento
de la arquitectura de los hongos, específicamente en el micelio. Junto a su
equipo de trabajo, desarrolló una tecnología que permite que los hongos
entretejan materiales de baja densidad, ignífugos e hidrófobos, que pueden
reemplazar al poliestireno expandido (telgopor) y que puede ser aplicado en
la industria de la construcción, automotriz y en embalajes.

La idea del proyecto surgió luego de que la experta fuera motivada por un
documental centrado en los desarrollos tecnológicos del siglo XXI, en el que
buscaban generar materiales que reemplacen al plástico, utilizando hongos de
setas. De este modo comenzó su afán por unir dos (2) conceptos: desarrollar
el micelio sobre un molde, para obtener un nuevo material eco-sustentable.

Tras su participación en el campamento de jóvenes investigadores de la UNSL
en abril de este año, Celeste tuvo un espacio para poder expresar esa idea
que un mes más tarde pudo comenzar a experimentar.

Un factor muy importante en el proceso de experimentación fue el poder
contar con el apoyo del Instituto de Investigación en Tecnología Química
(INTEQUI) y de su directora, que le permitieron tener un lugar para trabajar
sobre un desarrollo que se encontraba por fuera de sus líneas de
investigación y de su trabajo diario.

Uno de los primeros pasos en su proyecto fue el pensar qué matriz podía
utilizar para el desarrollo de la tecnología a base de micelio. El mismo
debía cumplir como condiciones el ser un desecho orgánico (rico en celulosa
y lignina) y representar una problemática ambiental en la actualidad.
Siguiendo este camino y en conexión con el gerente comercial de una
cervecería local, descubrió que por día la fábrica Kerze generaba una gran
cantidad de bagazo cervecero, desecho que se obtiene por el proceso de
macerado de la malta.

A través de la colaboración de trabajadores de la cervecería, la científica
pudo obtener muestras de los diferentes tipos de bagazo que se obtienen en
el proceso de producción de las distintas variedades de cerveza.

«Fuimos juntando variedades del bagazo y empezamos a probar, tirando la
semilla del micelio de ese hongo sobre el bagazo recuperado, secado y empezó
a crecer (…) Cuando vimos ese primer desarrollo, fue una gran alegría saber
que no necesitábamos otro aditivo, otra fórmula de medio para que crezca el
hongo y ya teníamos el micelio», sostuvo.

Luego de este primer desarrollo, los integrantes del equipo comenzaron a
invertir más tiempo en el proyecto realizando pruebas hasta descubrir qué
variedad de bagazo era el más enriquecido para un desarrollo completo del
micelio.

Los micelios pueden crecer hasta varios kilómetros y se lo puede comparar
como un material fibroso. «Es necesario entender al micelio como algo capaz
de entretejer el material que nosotros le demos, puede entretejer tanto con
el bagazo cervecero, como el tronco o la hoja seca ya que tienen el mismo
componente en cuanto a celulosa, lignina y almidones, que son alimentos para
el hongo», dijo la Directora.

Los hongos Basidiomycetes se alimentan por absorción y mientras tenga
alimento, se extenderá. Con la tecnología que desarrolló el equipo se logró
que ese entretejido sea ordenado, con forma y que el material obtenido sea
aplicable y pueda competir en un futuro con algún plástico al que pueda
reemplazar.

«Los materiales son creados por los hongos, lo único que hacemos nosotros es
reemplazar el sustrato o alimento natural por un desecho orgánico como es el
bagazo cervecero», explicó Aguirre Pranzoni.

El campo de aplicación que tiene el proyecto es inmenso y se requieren
muchos estudios, mucha ciencia básica para poder mejorar los materiales. En
el prototipo obtenido se logró una capacidad de un material de baja
densidad, hidrófobo (se sumerge en el agua y no la absorbe) y es ignífugo.
«Esto ya supera al telgopor que se inflama con mayor capacidad y lo más
importante de todo es que tiene 0% de huella de carbono, es decir que desde
su creación hasta su desuso, en ningún momento elimina dióxido de carbono».

Otra de las ventajas del material obtenido, es que cuando entra en desuso
puede colocarse en la tierra y abonarla. A pesar de todos sus puntos a
favor, no existe en América del Sur un producto similar a la venta, aún no
ha sido industrializado.

 

Sobre el proceso de autocreación de materiales

El equipo de trabajo, logró optimizar y desarrollar un primer prototipo de
eco-material o bio-espuma en un molde de placa de Petri. Este trabajo fue
posible, por una fina optimización de recuperación de bagazo para su
reutilización como matriz de desarrollo del micelio y la elección del tipo
de hongo.

Los científicos aprovechan la vida celular hasta que el micelio genera el
molde que se desea, una vez que se logra ese desarrollo, se le quita la vida
al hongo a través de deshidratación. Esto impide que vuelva a crecer por más
que se lo vuelva a hidratar en el futuro, para evitar de esta manera el
crecimiento de esporas.

Luego de las distintas pruebas realizadas con distintas variedades de
bagazos de cervezas, el equipo logró un material con una textura similar a
la del cartón prensado, con una completa formación del hilo y una cobertura
similar a una tela.

 

Solución para una problema ambiental

El problema de los desechos orgánicos, para todo tipo de industrias es el
costo que implica su tratamiento. A pesar de ser biodegradable, la cantidad
de desechos que se producen requieren una solución inmediata. «Tenemos el
concepto de que lo orgánico no contamina, pero nunca vemos a estos desechos
como algo malo, pero en Argentina no los sabemos aprovechar porque no
separamos los residuos y no compostamos la tierra para el desarrollo
sostenible de un hogar», dijo la bióloga.

La idea de los investigadores es poder optimizar una tecnología con hongos
no comestibles (para diferenciarse de Estados Unidos y Europa) y utilizar
residuos orgánicos como los de las industrias cerveceras, que en el último
tiempo han tenido un gran crecimiento en el país.

«Cuando escribimos el proyecto, lo denominamos «plástico Cero» y nos dimos
cuenta que eso no se puede, es algo imposible ya que hasta las industrias
que tienen estas tecnologías tienen sus moldes en plástico (…) El intento de
innovar sería poder reemplazar todos los moldes plásticos por moldes hechos
de polímeros a base de caña de azúcar», sostuvo.

Uno de los mayores logros del equipo es haber podido poner a punto una
tecnología con bagazo y hongos propios de nuestra ciudad.

«En nuestro proyecto tomamos al residuo orgánico como una potencial solución
para que lleguemos al plástico cero. Nuestro trabajo tiene un costo
energético muy bajo. El costo real está en nuestra capacidad científica,
nuestro tiempo y nuestra lectura», sostuvo la directora.

 

Próximos pasos

Tras su participación en el concurso universitario de innovación, la Dra.
Celeste Aguirre rescata la oportunidad de poder salir del laboratorio para
ir al mercado con algo creado con su conocimiento. Además, la instancia le
dio la posibilidad de conocer gente que cree en el proyecto y que puede
trabajar para un mayor desarrollo. Es por esto que uno de los próximos pasos
es poder presentarse a los Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social
(PDTS) lanzados recientemente por la UNSL.

«Mi mayor expectativa es tener un equipo de gente, como docente me gusta
poder compartir el conocimiento y construir nuevos conocimientos. Mi visión
a corto plazo es tener a cuatro (4) o (5) personas trabajando en esto»,
sostuvo.

A mediano plazo, la Directora del trabajo espera lograr una solución
ambiental real, reemplazando un porcentaje del telgopor que se utiliza en la
provincia.

Otra instancia de trabajo, implicará el probar el material a través de
distintas verificaciones para hacer pruebas mecánicas y conductividad
térmica que permitan confirmar las propiedades del producto.

«Los investigadores de esta edad debemos ser la inspiración para los que
vienen, si bien no ganamos el concurso UNSL Xi, los estudiantes pudieron ver
que lo intentamos y que seguiremos trabajando para poder lograr la solución
que queremos (…) De acá a diez (10) años veo una industria en San Luis, me
encantaría y creo que tenemos la capacidad para poder solucionar un problema
local», finalizó.

 

Prensa UNSL                            
Link:
http://www.noticias.unsl.edu.ar/08/10/2019/cientificos-simulan-el-telgopor-c
on-hongos/

 

 



More information about the unsl mailing list