Tenemos que utilizar la cooperación descentralizada”

Subsecretaria de Relaciones Interinstitucionales relint en unsl.edu.ar
Mar Oct 7 22:48:41 ART 2003


El siguiente Documento fue elaborado por la Lic. Ines Gonzalez, de la
Dirección de Cooperación Internacional de la UBA y dada la importancia del
tema me parece importante compartirlo con la nuestra comunidad.
Atentamente

Dr. Roberto Olsina
Vicerector
a/c Subsecretaría de Relaciones Interinstitucionales

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Tenemos que utilizar la cooperación descentralizada”
Globalización – Nuevas estrategias

Globalización
A partir de un proceso mundial, que apareja múltiples facetas, es lógico
que se presenten aspectos positivos y negativos. El beneficio de la
globalización para la cooperación internacional es que se puede acceder a
una mayor cantidad de información y a una más amplia diversificación en las
fuentes de financiamiento. El costado flaco es que, justamente como estamos
en un período de reinserción en los nuevos mercados regionales, la
cooperación tradicional, la llamada ‘país-país’, se retrae y es menor
dentro del flujo global. 

Puntualmente en el caso de Argentina, el estar desde el año pasado
reclasificados como receptores de cooperación internacional, nos desafía a
buscar mecanismos poco explorados de cooperación. Aunque parezca
contradictorio es así. 
“En cierta forma no estar clasificados como receptores de cooperación,
hasta 2001, era un retroceso, porque el PBI que teníamos no era
representativo. Es que el PBI no es un buen indicador para clasificar,
porque dentro del territorio argentino hay distintas poblaciones; el
ingreso de un residente de Resistencia, Chaco, no es el mismo que uno de
Capital Federal. Ya desde el vamos era irreal. Pero lo cierto es que el PBI
que habíamos alcanzado hacía que no fuésemos más receptores de cooperación.
Con la crisis, el PBI cae estrepitosamente y el 15 de julio de 2002, en una
reunión en Ginebra, se nos vuelve a reclasificar como receptores de
cooperación internacional. Por supuesto que esto trae ventajas, el problema
es que al verse retraída la cooperación al ámbito ‘país-país’, a nosotros
se nos pone más difícil. Es decir, a pesar de estar en crisis el PBI no es
el mismo que el de Bolivia y si vamos a competir en el mismo proyecto, el
donante prioriza a este país, que es el de mayor necesidad.” Por esto hay
que pensar en un modelo de gestión para contrarrestar esta relativa
desventaja. Conviene centrarse en las regiones más críticas, con mayores
problemas y recurrir en ellas a la cooperación descentralizada. 


Nuevas estrategias
La cooperación descentralizada es toda aquella que no se establece por el
contacto entre países a través de sus gobiernos nacionales. En ésta no
interviene cancillería ni ministerio alguno. El contacto es directo entre
el donante y el que recibe el beneficio. Es la colaboración brindada por
organismos no gubernamentales, fundaciones, empresas y entes de gobierno
regionales. De esta manera, una vez discriminados los focos de mayor crisis
en la Argentina, una posibilidad aconsejable sería entablar lazos de
cooperación con determinadas regiones que proveen este tipo de apoyo. Tal
es el caso de la región Piamontesa, en Italia o la Generalitat de
Catalunya, en España, que actualmente sostienen financiamiento para Pymes y
ONGs. 

A la hora de competir con los países vecinos en proyectos de cooperación
Argentina tiene un punto a favor y es la calidad de sus recursos humanos.
Nuestro país tiene que aprovechar sus dos potencialidades: recursos humanos
preparados y recursos territoriales que optimizan el desarrollo del
proyecto. “No hay que trabajar desde el asistencialismo. Por ejemplo, si
desde afuera nos brindan financiamiento para sanidad, nosotros debemos
emplear a las universidades que cuentan con facultad de medicina -
bioquimica para aportar los programas de asistencia técnica médica. Tenemos
que canalizar esto a través de la cooperación descentralizada y usarlo como
efecto multiplicador, pues si el proyecto, por decir, se desarrollaba en
San Luis, la misma experiencia podría replicarse en La Pampa, parte de la
Provincia de Córdoba o Mendoza. La idea es transmitir esa forma de trabajo
a otra región para que allí puedan desarrollar áreas no necesariamente
idénticas, pero sí afines.” 

Una estrategia como la planteada ensancha el espectro de líneas de
cooperación a las que presentarse. El camino a seguir para desenvolverse en
este escenario requiere de algo fundamental: que las universidades caigan
en la cuenta de que pueden servir de nexo entre ONGs, municipios y
empresas, en lo concerniente a asistencia y transferencia técnicas. 

Lic. Ines Gonzalez
UBA





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