6 meses de la nueva gestion universitaria

[Nueva Universidad]

NUEVA ADMINISTRACIÓN: continuismo de prioridades y prácticas políticas

Han pasado 6 meses de la nueva administración de la UNSL y parece un
tiempo adecuado para analizar el rumbo propuesto.
Después de varios años de gestión universitaria en que las actividades
académicas básicas no fueron priorizadas adecuadamente, no parecen
haberse producido los cambios que la comunidad universitaria requería.
La administración central sigue siendo más importante que las
actividades de docencia e investigación. Tampoco se aprecian medidas
claras para sanear el presupuesto.
El costo de la política sigue siendo injustificadamente alto, con la
triste novedad de que han vuelto los "asesores" estudiantiles, para
pagar los favores pre-electorales. Además de los aspectos éticos del
hecho en sí (ver la "justificación" del Rector en la página WEB de la
UNSL que reproduce una entrevista del Diario de la República), el asesor
estudiantil del Secretario de SAEBU cuesta MÁS (cobra como un profesor
máxima antigüedad) que TODO el programa de Innovación Educativa, cuyos
12 Proyectos aprobados siguen esperando los fondos asignados en 2001
($15.000 para TODO el programa).
Es toda una definición de las prioridades de esta administración.
Similar situación se vive con los becarios y proyectos de CyT. Como el
programa de CyT tiene financiamiento separado, la administración debería
informar si los fondos específicos han llegado, cuando, que montos y que
se realizó con ellos.
El problema del ingreso ha empeorado. Las autoridades se autocongratulan
por la mayor matrícula, pero los recursos asignados (docentes y de
instalaciones) siguen igual, aumentando la frustración de estudiantes y
docentes. Se sigue sin definir si el ingreso, quizás el mayor problema
estudiantil, merece una política “de estado” o si seguirá librado cada
año a la buena voluntad de cada nuevo secretario de cada Facultad.
De la reforma administrativa que transfiera recursos de la paquidérmina
administración central a las aulas y laboratorios no se aprecian
novedades. La situación en algunos sectores ha empeorado, con los
docentes haciendo las tareas correspondientes al personal de apoyo de
licencia o jubilado.
Estos hechos y situaciones claramente desmoralizan a docentes y alumnos,
con consecuencias negativas, a veces irreversibles.
La UNSL parece además hoy más que nunca encerrada en sí misma. Como
Institución estatal líder en la sociedad entendemos que debería aportar
a la solución de los problemas con que la crisis política y económica
agobia a la población. La Universidad tiene un importante potencial para
ayudar a superar los problemas educativos, sociales y productivos de
nuestro país. Es indispensable una política institucional que estimule
los esfuerzos individuales y les otorgue la coherencia y permanencia
necesarias para hacerlos eficientes.
Es claro que la Universidad y los universitarios debemos luchar para que
el gobierno cumpla con los compromisos constitucionales de solventar la
educación pública. Sin embargo es igualmente claro que revertir la
situación en muchos casos no depende de que nos manden los fondos
adeudados.
Debemos ganar la batalla contra el inmovilismo y la ineficiencia. El
futuro de la Universidad y su justificación social están en juego, y
obviamente también nuestras fuentes de trabajo.

Julio Benegas
Nueva Universidad