aportes patronales

Miguel De Bortoli midebort en unsl.edu.ar
Lun Ago 6 13:11:16 ART 2001


EL RECORTE DE FONDOS EN EL SISTEMA UNIVERSITARIO 	(Pagina 12)
En busca de la descompresión Educación y los rectores negocian cómo moderar
el ajuste. Quieren recuperar más de 110 millones trabados en depósitos.
						 Por Javier Lorca

    El Ministerio de Educación y los rectores están negociando una salida
para la tensión que,
 comprimida en la comunidad universitaria, mantiene en suspenso el inicio
de las clases por el
 recorte de los salarios docentes y no docentes. Una de las alternativas
que estudian el ministro Andrés Delich y el Consejo Interuniversitario
Nacional (CIN) es recurrir a los aportes patronales que más de diez
universidades no pagan desde hace dos o tres años, según los casos. Hasta
ahora, las partes no lo publicitaron porque no quieren que "la universidad
aparezca como beneficiándose en un momento en que el ajuste alcanza hasta a
los jubilados". Los recursos que las casas de estudios conservan
depositados en diversas cuentas bancarias superan los 110 millones de
pesos: "La idea es usar esos fondos solidariamente con todo el sistema
universitario y también darle una parte al Estado en estos momentos de
crisis", dijo a Página/12 el presidente del CIN, Adolfo Torres.
 Tras reunirse durante horas el jueves pasado, Delich y los rectores
acordaron formar una
 comisión conjunta para analizar tres puntos: el régimen de
incompatibilidades docentes y su
 aplicación; el programa de incentivo a los docentes investigadores; y la
cuestión de los aportes patronales. 
 Cuando, a mediados de los `90, se bajaron los aportes patronales que
debían pagar las
 entidades privadas (universidades incluidas), las casas de estudios
públicas reclamaron el mismo trato. Y muchas iniciaron juicios por
discriminación: ellas debían pagar casi un 24 por ciento, contando los
aportes para obra social, y las universidades privadas gozaban de un
porcentaje inferior, variable según las regiones. Con algunos fallos
favorables y mientras continuaban los juicios, en lugar de seguir pagando
el total de los aportes, varias universidades públicas comenzaron a retener
un porcentaje (el que las diferenciaba de las privadas) y a depositarlo en
algún banco. Esto comenzó en 1998 y seguramente terminará ahora, ya que
acaba de aumentarse el aporte de las entidades privadas. Pese a que hay
reticencia a difundir cuántos pesos hay en juego, este diario averiguó que
la UBA tiene depositados unos cien millones; la Universidad del Nordeste
otros diez; y que la lista sigue hasta completar una decena de casos. 
 Los rectores pretenden que esos fondos (hoy trabados para las
universidades y también para el Estado) puedan usarse ahora para enfrentar
la crisis. La negociación con el ministerio está
 planteada como una forma de cancelar los 88 millones de pesos que el
Estado le debe al sistema universitario, compromisos no devengados
correspondientes a los presupuestos de 1999 y 2000.
 "Todavía no hay nada definido, pero sería una forma interesante para que
las universidades
 puedan desahogarse un poco", comentó un funcionario de Educación. Delich
ya habría pedido la opinión de la AFIP y la Procuraduría General del Tesoro.
 "La discusión va a ser muy compleja porque algunas universidades hemos
pagado todos los
 aportes. Si les condonan la deuda a las que no pagaron, nosotros vamos a
reclamar que nos
 devuelvan lo que ya pagamos", avisó un rector. Para evitar eso es que se
ha hablado de usar los depósitos "solidariamente" y de, a la vez,
devolverle una porción al Estado. Pero hay otro
 problema: "¿Qué va a pasar con los rectores que no pagaron los aportes,
pero que tampoco  depositaron el dinero, sino que se lo gastaron?",
disparan algunos desde los pasillos del CIN, con estricta reserva de sus
nombres. 
 Mientras sigue esa negociación a puertas cerradas, con el ajuste
sancionado por ley se acabó la principal defensa que tenían las
universidades: "El decreto que regía hasta ahora no podía
 alcanzar al sistema porque es autónomo -dijo el titular del CIN-. La ley
le da mayor legitimidad al ajuste". Cuando vayan dejando atrás el receso
invernal, las casas de estudios deberán resolver cómo aplican hacia dentro
el recorte."Al ser autónomas y autárquicas, podemos reprogramar como
queramos el ajuste y la escala salarial", se dijo desde el Rectorado de la
UBA. En ese marco, las casas de estudios no tendrían que regirse por el
piso de 500 pesos para podar los salarios, aunque se prevé que la mayoría
lo hará.
 Una de las discusiones que se entablarán es si el recorte se aplicará por
cargos o por legajos. Un docente con una dedicación simple o semiexclusiva
está por debajo del piso salarial fijado. Pero muchos de los que están en
esa situación tienen más de un cargo y suman un sueldo global mayor. Si la
tijera se guía por cargos, saldrán indemnes. Si se guía por legajos (como
se estima), saldrán podados. Algunas universidades impulsan la primera
alternativa y el Gobierno, la segunda. Otro problema, ligado, es qué pasará
con los que tienen cargos en diferentes instituciones. "Ahí va a ser
imposible discriminar. En esos casos se van a salvar del recorte", confió
un rector.





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