FW: Discurso de Serrat

Maria Avelina Rinaldi mrinaldi en unsl.edu.ar
Vie Ago 14 10:10:10 ART 1998


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>Para: 
>Enviado: sábado 9 de septiembre de 2000 8:40
>Asunto: RV: Discurso de Serrat
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>DISCURSO DE JOAN MANUEL SERRAT
>AL RECIBIR EL TÍTULO DE DOCTOR HONORIS CAUSA
>DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
>10 DE JUNIO DE 1999-
>
>Ilustrísimo Señor Rector, claustro de profesores, autoridades, amigos.
>En ocasiones como ésta, lo primero que le corresponde al interesado es dar
>las gracias.
>Agradecer el reconocimiento y agradecer todo el cariño que acompaña a
>este reconocimiento.
>
>Aunque después me gustaría aclarar un par de cosas en referencia a esto
>de los méritos de la distinción.
>Quede claro que no es mi intención llevarle la contraria ni quitarme
>méritos.
>De eso ya se ocupan otros. Pero supongo que coincidirán conmigo en que un
>hombre, al defender los derechos humanos no hace otra cosa que actuar en
defensa
>propia.
>Y respecto a lo que yo hago y la forma en que lo hago, debo confesarles
-sin provocar envidia en nadie- que soy un hombre que disfruta del
privilegio de tener una profesión que le
>hace feliz.
>
>Soy feliz con mi oficio. Hago lo que me gusta hacer. Y además, me aplauden.
>Y constantemente percibo esto. Percibo que la gente me quiere. Por hacer lo
>que hago, por hacer lo que me gusta hacer. Esto, amigos, más que un mérito,
es una
>suerte.
>Es una bendición del cielo.
>
>Ha sido este oficio de escribir y de cantar el que me ha permitido caminar
>el mundo. Conocerlo de cerca y participar en directo de todas y cada una de
>las posibilidades que la vida me ha ido brindando.
>
>En las encrucijadas que me encontré en el camino, siempre actué de acuerdo
>a mis criterios y según mi conciencia, lo cual tampoco tiene mérito alguno.
>
>Hago propio lo ajeno,sencillamente por necesidad de querer y de ser
>querido.
>Y trato de conocer todo aquello que ignoro y formar parte de ello, porque
soy muy
>curioso.
>
>Les ruego que no entiendan esto como una modesta respuesta a una generosa
>distinción. Yo siempre he pensado que las justificaciones cargadas de
>modestia suelen esconder pecados más terribles que la propia soberbia.
>
>Estoy encantado de este reconocimiento. Encantado de la vida: me gusta
>que me den besos.
>Pero debo confesarles que no puedo evitar tener una sensación muy
>curiosa, que supongo que debe ser la misma que tiene un niño cuando le dan
>un premio por comerse un helado.
>
>Me enorgullece que una casa de estudios como ésta me premie, nada menos
>que con un doctorado, cosa que nunca conseguí por la vía normal. Pienso que
>si me miraran mis padres en estos momentos, ellos que tanto sufrieron cuando me
>inicié en el turbulento oficio de la música, abandonando el prometedor
futuro que me
>ofrecía la industria agropecuaria vendiendo tractores, e insecticidas, se
sentirían realmente muy orgullosos de mí, viendo a su muchacho premiado por
una universidad, esa misma universidad por la que tanto pelearon ellos para
que yo pudiera acceder.
>
>La universidad, generadora de conocimiento. La universidad, esencia de la
>humanidad lúcida.
>
>Esta fue, desde mi niñez, para mí, un mito. Un horizonte deseado y,
>evidentemente, un camino de progreso.
>
>Creo en el conocimiento como en el pilar fundamental que nos sustenta y
>que nos caracteriza positivamente como especie. Sólo con el conocimiento
>progresamos. Lo hacemos individual y colectivamente. Pero sólo progresamos
a partir del
>conocimiento. Y en eso ustedes, señores profesores, ejercen un papel
fundamental en la génesis y en el reparto de este conocimiento.
>Creo en el conocimiento como en el mejor de los bálsamos para curar buena
>parte de los males que padece la humanidad. Un conocimiento para acercarnos
>a la sabiduría o a la bondad, que para mí son sinónimos de la misma manera
que estupidez y maldad también lo son.
>
>Así que voy a aprovechar la oportunidad para romper una lanza a favor del
>conocimiento y lo voy a hacer apoyándome no sólo en su interés público ni
>en la importancia del desarrollo del individuo, sino lo voy a hacer también
apoyándome en su rentabilidad porque el conocimiento es rentable; apoyándome
en su eficacia porque el conocimiento es eficaz.
>Y rentabilidad y eficacia son dos valores que interesan especialmente a una
>sociedad capaz de justificar cualquier tropelía siempre y cuando  ésta esté
avalada por el
>éxito.
>
>Diría que el conocimiento nos ayuda a saber cómo somos. Nos ayuda a
descubrir qué nos interesa y, por tanto, qué nos conviene. En definitiva, el
conocimiento nos ayuda a vivir mejor.
>
>Debo decir que el conocimiento es bueno para la salud, lo cual es un buen
negocio. El conocimiento también nos ayuda a saber cómo son los demás. A
entenderlos, a comprenderlos, a respetarlos y a quererlos. Podemos decir que
el conocimiento es bueno para la convivencia, lo cual también es un buen
negocio.
>
>El conocimiento es bueno para progresar.Es bueno para alcanzar el éxito, un
>éxito sin el cual parecería que uno no es nada en esta vida.
>Nos ayuda a superar los obstáculos.
>
>El conocimiento agudiza el grado de civismo de los ciudadanos y aclara
>buena parte de las obligaciones y derechos de cada quién en el reparto de
responsabilidades y también de beneficios.
>
>El conocimiento profundiza la vida democrática, aportándole justicia e
>igualdad. Podemos decir que el conocimiento es bueno para crear un tejido
social cohesionado sin el cual es absolutamente imposible el progreso de un
pueblo.
>
>El conocimiento nos permite también saber más y mejor del entorno, de la
>naturaleza de la que formamos parte y de la que dependemos también. Podemos
>decir que el conocimiento es esencial para la supervivencia de la especie
sin deterioro
>de la calidad de vida. Y más. El conocimiento influye en nuestros deseos y
en nuestros
>sueños y, por tanto, también, en nuestro destino.
>
>El conocimiento estimula nuestra curiosidad, nuestra sensibilidad.
>El conocimiento es bueno para alcanzar una vida culturalmente más plena,
>artísticamente más fértil, más lúdica y más feliz.
>En fin, que el conocimiento es bueno para vivir en paz, para aprender a ser
>libres y para crecer, para crecer sin miedos.
>Muchos son los beneficios que produce el conocimiento. Un conocimiento que
>se adquiere en todas partes, en la casa, en la escuela y en la calle. Un
conocimiento que
>nos llega a través de la palabra, de la observación, de los libros ,
incluso de la televisión.
>Pero sobre todo, un conocimiento que tiene su eje vertebrador en la
>universidad. El esfuerzo en producir y gestionar este conocimiento no les
quepa dudas que es el que tiene mayor rentabilidad para el desarrollo de los
pueblos y de la humanidad entera.
>
>Pienso que si la humanidad se moviera con más lógica, con más sentido
>común y de una manera más científica, la educación no sería esa pedigüeña
>esquinera de hoy en día.
>La educación, como una querida, estaría subvencionada por todos y cada uno
>de los ministerios públicos. Aunque no tuvieran ninguna sensibilidad al
respecto,
>el Ministerio de Economía, el de Salud Pública, desde el Ministerio de
Trabajo al del
>Interior, desde el Ministerio de Medio Ambiente de Turismo... todos
deberían subvencionar la enseñanza, la universidad y al conocimiento por la
sencilla razón de que es un buen negocio. Es un buen negocio del cual todos
salen beneficiados. Pero ya les decía que el mundo parece tener otras
prioridades y nuestros administradores eventuales -también llamados
gobernantes- en general, no están por esta labor.
>
>Reclamos como éste le suenan a utopías. Como si ellos supieran qué son las
utopías.
>
>Pero ustedes sí lo saben. Ustedes, gente de la Patagonia, hijos y herederos
>de tantos que aquí llegaron cargados de sueños y de quimeras, ustedes sí
saben. Aquí, a esta tierra dura e inclemente, llegaron gente de los más
diversos lugares.
>Pero gentes que tenían en común una utopía.
>Muchos llegaron buscando imaginarios  tesoros, después de que un par de
>tipos que naufragaron por estos pagos, por 1596, asegurasen haber
encontrado una
>ciudad más rica que el Cuzco a la que llamaron Trapalandia... (una de las
cosas buenas que ocurren cuando lo nombran a uno doctor Honoris Causa de
algo, es que no le queda otra que informarse de un montón de cosas y así
poder responder adecuadamente. Entonces va, se sube a la escalera y le
sacude el polvo a aquél viejo volumen que nos miraba  con  ojos muy
legañosos desde arriba de la estantería,   y nos dice: "¡hombre, por fin te
acuerdas de mí!").
>Y de allí recordé que desde Trapalandia hasta nuestros días, toda una
>galería de personajes migraron con sus utopías a  cuestas a estos pagos que
-hay que decirlo- Darwin llamó "tierra maldita" . Y Antonio de Córdova dijo
que ésta era "la parte más desdichada y despreciable del orbe".
>No sé si voy a ganar muchos amigos con este discurso.
>Pero si ya en España vimos que un pensador francés -Jean Boudrillard- llamó
>a esto  "la desolación de las desolaciones", comprobaremos que la Patagonia
no quedaba
>muy bien parada según la prensa de la época. Pero, a pesar de ello, hasta
aquí llegaron
>todo tipo de gentes.
>
>Desde aventureros de escasos escrúpulos hasta colonos buscando un lugar
>mejor donde meter la vida.
>Aquí llegaron desde buscadores de oro hasta científicos como el Perito
>Moreno, como James Cook, que exploró el litoral buscando revelaciones
geológicas y botánicas.
>Por aquí anduvo también Hernandarias buscando incansablemente la Ciudad de
>los Césares, obviamente sin ningún éxito.
>Muchos fueron los colonos y aventureros que acudieron en los siglos
>siguientes a buscar riquezas acá. Y aunque a decir verdad, casi todas las
expediciones
>acabaron en desastres, ellos siguieron llegando, cada quien con sus sueños,
>cada cual con su utopía.
>
>Cómo no van a saber ustedes de utopías. Aquí llegó la utopía de los
>galeses; llegó la utopía de los gallegos; de los lioneses de Astorga, los
maragatos. Llegó la utopía de Tomás Antonio Romero, porteño convencido que
la Patagonia estaba destinada a ser un gran centro industrial para la pesca
y el procesamiento del bacalao, de la sardina, de la carne salada.
>Y llegaron más utopías. Llegó la utopía de los fugitivos, como la de Butch
Cassidy y la de The Sundance Kid. Llegaron del Oeste americano a principios
de siglo, precedidos
>de una terrible fama de cuatreros y asaltantes. Detrás de ellos llegó la
utopía de la
>agencia de detectives Pinkerton, tratando de echarles el lazo al Cassidy.
>Y llegó la utopía del ferrocarril que soñó Ezequiel Ramos Mejía. Y la
>utopía sencilla y rebelde de los cientos y cientos de peones que acabaron
frente a los pelotones de fusilamiento del coronel Varela.
>
>Ustedes saben de utopías, porque la utopía a lo largo de la historia es la
>que templa adversidades y la que renueva  esperanzas. La utopía
irrenunciable, ésa que
>no va a ninguna parte, que no puede ir a ninguna parte, si no es de la mano del
>conocimiento.
>Si hubiese que inventar un slogan mundial para una supuesta campaña de
>sensibilización al servicio del progreso de la humanidad yo propondría
éste: "Querida Tierra, hazte sabia".
>Si tuviese que resumir todos los consejos en uno solo, también sería éste:
>"Querida Tierra, hazte sabia".
>
>La educación, la escuela y la universidad son instrumentos fundamentales
>para conseguirlos. A ustedes y a todos los que como ustedes trabajan en
este sentido, les doy las gracias por hacer lo que hacen, colaborando a que
los sueños se acerquen un poco más a la realidad cada día. Y nada más
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